En la sociedad en la que vivimos, las familias suelen tener ocupaciones a lo largo de todo el día, ya sea porque estudian, trabajan o tienen otros quehaceres con los que cumplir, lo cual hace que en ocasiones no podamos atender a las personas mayores tal y como merecen. Por ello vamos a hablar en esta ocasión de las alternativas a las residencias de ancianos, valorando de esta forma la posibilidad de ofrecerles una vida más familiar y cercana sin por ello tener que renunciar a las obligaciones de cada uno.

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En qué situaciones puede ser interesante buscar una alternativa a la residencia de ancianos

Llevar a una persona mayor a una residencia de ancianos puede ser una solución fantástica para poder tener la total seguridad de que, aunque no lo podamos atender por nuestra parte, estará recibiendo los mejores cuidados, mantendrá una vida social activa y estará vigilado y atendido en todo momento.

Sin embargo, hay muchas personas mayores que no quieren ni oír hablar de la residencias de ancianos, lo cual se puede deber a multitud de razones como son:

• La mayoría de las personas que se niegan a ir una residencia, se debe a que prefieren envejecer en su casa, con sus recuerdos y su familia y amigos.
• En ocasiones, son los motivos económicos los que dificultan que puedan acudir a una residencia de ancianos.
• No siempre la residencia se encuentran cerca de donde está la familia, lo cual puede llegar a ser un serio problema para el anciano que no se quiere alejar de ellos.
• Si el anciano se puede valer por sí mismo, es bastante habitual que no quiera que se le lleve a una residencia.
• Piensa que si lo dejamos una residencia de ancianos, poco a poco lo iremos abandonando con la excusa de que sabemos que está atendido.
• No quiere pasar sus últimos años de vida en lugares que comparte con otras personas.

4 alternativas a las residencias de ancianos

Muchas veces pensamos que, aunque la persona mayor se niegue, es necesario llevar la una residencia de ancianos, lo cual será mejor para él y para nosotros.

Sin embargo, lo cierto es que existen algunas otras alternativas que nos debemos plantear antes de tomar esta decisión, claro está, si el anciano se niega a ir a la residencia.

Vamos a valorar las cuatro alternativas a ir a una residencia de ancianos:

Cuidados en casa

La primera solución que debemos valorar es la posibilidad de establecer un sistema que nos permita que nuestros mayores sigan viviendo en casa, y es que no debemos olvidar que, aunque sean mayores, normalmente van a necesitar su espacio y su entorno adaptado a sus gustos y necesidades, y a menudo de hecho se trata de la casa familiar donde han criado a sus hijos y donde guardan muchos recuerdos.

Una persona que permanece en su casa, va a poder disfrutar de un mayor control sobre su vida, tendrá la posibilidad de tomar sus propias decisiones y se sentirá más libre, además de que los recuerdos pueden ayudar a mantener la mente ocupada y en un mejor estado de salud.

En estos casos, la forma de hacerlo es a través de los servicios de Domer Servicios, donde nuestros cuidadores profesionales se encargarán de ofrecer la asistencia domiciliaria necesaria para garantizar los cuidados del anciano.

Disponemos de personas con experiencia en el cuidado de ancianos, que se pueden encargar de todo tipo de tareas, incluyendo el servicio doméstico, por lo que en este caso, tendremos la garantía de saber que tus mayores están bien atendidos.

Vivir en casa de un familiar

Otra alternativa por la que se ha optado toda la vida es la de vivir en casa de algún familiar, generalmente de un hijo.

En estos casos, es evidente que deberá existir un acuerdo para que ambas partes puedan estar bien y mantener su espacio, evitando cargas innecesarias que pueden hacer que el día a día se complique.

Para ello también se puede recurrir al servicio de acompañamiento de ancianos, el cual se encargará de complementar sus cuidados cuando nosotros estemos realizando otras tareas o necesitemos un descanso.

Cohousing

Otra solución es lo que se conoce como Cohousing o vivienda colaborativa, que básicamente son comunidades que comparten espacios y servicios, de manera que se sigue manteniendo la intimidad pero se fomenta la convivencia, la vez que aumenta y mejora la atención.

Este es un concepto bastante amplio y que ofrece la posibilidad de generar diferentes modelos de convivencia, demostrando así una fantástica capacidad de adaptación que supone mayores garantías y tranquilidad tanto para la persona mayor como para sus familiares.

No obstante, hay que tener en cuenta que el Cohousing supone realizar cambios en su día a día, además de que es necesario encontrar un lugar en el que se pueda establecer la comunidad.

Centros de día

Para terminar, también existe una opción muy interesante que les va a permitir seguir viviendo en su casa o incluso en la casa de un familiar pero con una atención y cuidados completos durante el día.

Para ello están los centros de día, donde estará en compañía con personas de su edad y donde realizará diferentes actividades que les ayudará a desarrollarse tanto a nivel físico como psicológico, y con la tranquilidad de saber que, una vez que termine la jornada, volverán a su hogar.

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